Trabajadores griegos salieron a las calles para protestar contra los recortes de 11.500 millones de euros que planea el gobierno de Andonis Samaras a instancias de prestamistas internacionales.
Los trabajadores se juntaron en la plaza Syntagma de la capital griega en forma pacífica hasta que un grupo encapuchados comenzaron con acciones violentas y la policía trato de dispersarlos con gases lacrimógenos.
El acatamiento de la huelga por las empresas públicas es de alrededor del 90%, y por primera vez se registró una participación significativa del sector hotelero y el pequeño comercio.
La huelga afecta tanto a la educación como al sistema de salud, y se sumaron los colegios primarios hasta la Universidad; médicos y personal de hospitales y centros de salud estatales; y trabajadores del servicio de ambulancias, algunas de las profesiones más afectadas por los nuevos recortes.
Además, también participan en la huelga los empleados de la administración local y provincial, de aduanas, hacienda y otras oficinas públicas. Los museos también permanecerán cerrados por adherirse, así como también el personal del ministerio de Turismo. Los controladores aéreos también llevarán a cabo un paro, aunque sólo de tres horas, lo que obligó a cancelar 29 vuelos y a posponer otros 80 con destino o salida en Atenas.
Los tres partidos que sustentan al gobierno griego negocian desde hace semanas de dónde saldrán los 11.500 millones de ahorro, un plan que tendrá que ser aprobado por la troika que forman el Banco Central Europeo,la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Ese nuevo recorte es una de las condiciones impuestas por la troika al país mediterráneo para seguir entregándole ayuda financiera, que se calcularía en 30 mil millones, según reveló ayer el diario alemán Süddeutsche Zeitung